DOS DE QUINIENTOS.
Buen día, tengo algunos años
trabajando para un despacho de abogados en el
cual a lo largo de esos mismos años he acumulado un sin número de anécdotas algunas malas,
algunas buenas y algunas otras, dignas de contarlas en borracheras o
compartirlas con ustedes, aquí mismo.
Hace como dos años, me llamó a mi
teléfono una muchacha planteándome un caso para demandar a su antiguo patrón,
la mujer trabajaba en un motel de la ciudad de Hermosillo. Me comentaba que su
trabajo era limpiar las habitaciones del motel, lavar sábanas, fundas de
almohadas, poner sobrecamas, mantelería y demás labores propias de una empleada
del ramo de servicios, mientras me platicaba todo eso por teléfono mi mente no podía dejar de imaginarla así:
La cité
inmediatamente a mi despacho.
Llegó la muchacha al despacho y
me di cuenta que mi mente me había jugado una broma muy pesada, ella no era como
la mujer de la foto. Total, comenzamos a platicar y me decía todos los detalles
de su problema con sus antiguos patrones en especial con el gerente en turno
que estaba en la noche, me platicaba la mujer que el bato cada que veía que
ella estaba en la lavandería sacando sabanas o metiendo otras a lavar, este
cabrón llegaba por atrás y MADRES, jajaja, al preguntarle cuanto tiempo había
estado aguantando esto, me dijo que llevaba ya dos años, DOS AÑOS, instantáneamente
fui presa del morbo y le pedí que me contara más detalles, la pobre mujer ni
tarda ni perezosa, me contó muchos más, les compartiré la anécdota que me dejó
en shock pero que igualmente me dio mucha risa:
“…Una vez, Licenciado, ocupaba mil pesos y pues le pedí el paro a este bato –el que la
acosaba en la lavandería- y me dijo que sí, que lo esperara tantito y que él me
iba a llamar a su oficina cuando los tuviera listos para que fuera por ellos,
me llamó para que fuera a su oficina, entré y no vi a nadie en el escritorio
volteé para todos lados y no lo veía cuando menos pensé vi que estaba atrás de
la puerta de la oficina con “la desta
bien acá machín” y sobre ella, dos billetes de quinientos pesos, y le dije, te
pasas la neta ¿Cómo e atreves a jugar así con mi necesidad?”, preso
nuevamente del morbo, le solté a rajatabla “¿QUÉ
HICISTE?”
Me contesta “pues los agarré licenciado, ya qué” JAJAJAJAJASKASFLKGDLKHSEOFBDSKJSAÑDLA.
Fue el juicio que me han pagado
más rápido en los años que llevo litigando, la muchacha quedó tan agradecida
que quería hacer una fiesta en mi honor, el bato que la acosaba, cuando fue a
pagar el asunto, iba todo golpeado por gente del barrio de donde era la
muchacha, supongo que la justicia divina existe después de todo.
Les dejo algo de Pearl jam.
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