martes, 18 de junio de 2013

DOS DE QUINIENTOS.

Buen día, tengo algunos años trabajando para un despacho de abogados en el  cual a lo largo de esos mismos años he acumulado un  sin número de anécdotas algunas malas, algunas buenas y algunas otras, dignas de contarlas en borracheras o compartirlas con ustedes, aquí mismo.
Hace como dos años, me llamó a mi teléfono una muchacha planteándome un caso para demandar a su antiguo patrón, la mujer trabajaba en un motel de la ciudad de Hermosillo. Me comentaba que su trabajo era limpiar las habitaciones del motel, lavar sábanas, fundas de almohadas, poner sobrecamas, mantelería y demás labores propias de una empleada del ramo de servicios, mientras me platicaba todo eso por teléfono  mi mente no podía dejar de imaginarla así:







La cité 
inmediatamente a mi despacho.

Llegó la muchacha al despacho y me di cuenta que mi mente me había jugado una broma muy pesada, ella no era como la mujer de la foto. Total, comenzamos a platicar y me decía todos los detalles de su problema con sus antiguos patrones en especial con el gerente en turno que estaba en la noche, me platicaba la mujer que el bato cada que veía que ella estaba en la lavandería sacando sabanas o metiendo otras a lavar, este cabrón llegaba por atrás y MADRES, jajaja, al preguntarle cuanto tiempo había estado aguantando esto, me dijo que llevaba ya dos años, DOS AÑOS, instantáneamente fui presa del morbo y le pedí que me contara más detalles, la pobre mujer ni tarda ni perezosa, me contó muchos más, les compartiré la anécdota que me dejó en shock pero que igualmente me dio mucha risa:

“…Una vez, Licenciado, ocupaba mil pesos  y pues le pedí el paro a este bato –el que la acosaba en la lavandería- y me dijo que sí, que lo esperara tantito y que él me iba a llamar a su oficina cuando los tuviera listos para que fuera por ellos, me llamó para que fuera a su oficina, entré y no vi a nadie en el escritorio volteé para todos lados y no lo veía cuando menos pensé vi que estaba atrás de la puerta de la oficina con “la desta bien acá machín” y sobre ella, dos billetes de quinientos pesos, y le dije, te pasas la neta ¿Cómo e atreves a jugar así con mi necesidad?”, preso nuevamente del morbo, le solté a rajatabla “¿QUÉ HICISTE?

Me contesta   “pues los agarré licenciado, ya qué” JAJAJAJAJASKASFLKGDLKHSEOFBDSKJSAÑDLA.

Fue el juicio que me han pagado más rápido en los años que llevo litigando, la muchacha quedó tan agradecida que quería hacer una fiesta en mi honor, el bato que la acosaba, cuando fue a pagar el asunto, iba todo golpeado por gente del barrio de donde era la muchacha, supongo que la justicia divina existe después de todo.


Les dejo algo de Pearl jam.



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